sábado, 28 de mayo de 2011

Capítulo 1: Nebulosa

Se escuchan pequeños ruidos sobre mi puerta que interrumpen mis pensamientos.
-Puedes pasar.- digo algo distraída aún.
-Katherine, el almuerzo ya está listo, los señores te están esperando.- dice Claire inclinándose levemente. Claire era la sirvienta de la casa, de unos cuarenta y pocos años. Siempre ha sido dicharachera y algo chismosa, aunque en estos últimos tiempos siempre tiene una expresión inescrutable.
-Enseguida voy, Claire.
A los tíos les gusta que yo esté arreglada siempre, pues últimamente no faltan las visitas por “casa”… (Aún me cuesta asimilar esto como algo mío, aunque bueno, por costarme asimilar, me cuesta asimilar todo cuanto me rodea).
Sin muchos ánimos, me saco el pijama y me pongo uno de los vestidos de niña angelical del armario. Me paro y me observo un momento en el espejo. Tengo las puntas del pelo cada una hacia un lado sin ningún orden y mis ojos pálidos tienen un deje de inquietud y melancolía, como si esperase algo malo de un momento a otro. Últimamente siempre es así.
Mirando la hora, me recojo el pelo y me dirijo escaleras abajo.
Sigo con mis pensamientos cada vez más cíclicos, el problema es que me cuesta mucho concentrarme en ordenar mis pensamientos. Mi vida actualmente está lejos de ser de lo más normal: todos los días vienen vecinos, viejos conocidos, toman el té con nosotros, comparten sus lamentaciones y se van. La atmósfera siempre es tensa, pero sobre todo triste y vacía, exactamente como mi mente. En ella hay diferentes intervalos: a veces, me siento frustrada y enfadada con todo lo que me rodea, me entran ganas de correr, de llorar sin preocuparme de que luego nadie vea mi rostro, de que nadie pueda juzgarme o sentir lástima por mí. No necesito la compasión de nadie, ni siquiera la mía.
Según me dijo el doctor tras muchas divagaciones, sufro estrés postraumático, por lo que me siento desorientada a menudo y a su vez tengo amnesia con respecto al 5 de Abril, ya que según el doctor unos acontecimientos perturbadores bloquearon mi mente. De esos supuestos acontecimientos soy a medias conciente, a veces siento un ‘click’ en mi cabeza y se me vienen imágenes: despierto en mi casa sin recordar haberme ido a dormir, todo es apacible, demasiado apacible y de repente, sólo siento mucha ansiedad, acto seguido una ráfaga de dolor me atraviesa el corazón y ya no soy capaz de pensar nada en lo que queda de día, mi cabeza se convierte en una simple negrura.
-¿Kathe? Kathe soy yo, tu tía, responde.
Mierda, a saber cuanto tiempo llevo divagando. Mi tía me sujeta levemente por la cintura, aunque ella tiene peor aspecto que yo, parece ansiosa. Escaleras abajo se encuentra mi tío, trajeado, como siempre y Claire, ambos con cara de póquer.
-Sí tía, sólo estaba reflexionando... .- digo con reticencia.
-Claro, no te preocupes. Vamos, te ayudaré a bajar .- empieza ella.
-No tía, tengo casi 17 años, creo que puedo bajar unas estúpidas escaleras .- murmuro, furiosa de repente de ser el centro de atención.
-Como quieras – concluye

El almuerzo se caracteriza por el único sonido de los cubiertos, como siempre, pero algo ha cambiado hoy: mis tíos parecen algo nerviosos y se lanzan miradas constantemente, fijándose a su vez en mí.
-¿Ha pasado algo que yo no sepa? Quiero decir, algo más aparte de todo lo que me ocultáis, claro. – sonrió con amargura y miro directamente a mis tíos, en un intento de intimidación.
-William vuelve a casa mañana, Kathe.

3 comentarios:

  1. Me ha encantado, esta historia va a ser la combinación perfecta de escritoras >//<
    Que mono el capi oye, Will*-* Me encanta ese nombre. Ui, ui, ui... que pasará con él? xd ^.^
    Espero el próximo pronto >.<
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Que mona Kathe ^^
    Esta historia pinta muy bien y me encantará seguirla :)
    Que ganas de que aparezca Will >.<

    ResponderEliminar
  3. William ?? Humm... (pensando) xDxD
    Mola está historia !! está interesante xd
    Un besito !!! :p

    ResponderEliminar